En medio de las previsiones económicas y los análisis fiscales de 2024, la salud fiscal de las naciones europeas está cada vez más bajo escrutinio, lo que pone de relieve la necesidad de que los inversores reconsideren sus estrategias de asignación de activos. Seamos claros: podría haber sido mucho peor ahora que los precios de la energía se han disparado en toda Europa y la contracción hasta la fecha se ha gestionado bastante bien. Pero ahora Europa ha perdido su ventaja competitiva, ya que tanto los costes laborales como los energéticos se han disparado.
Este panorama geopolítico en desarrollo, unido a la dinámica fiscal dentro de la Unión Europea, afirma la importancia de un enfoque de inversión diversificado, sobre todo para quienes dejaron la mayor parte de sus activos en Europa. Esto ni siquiera se refiere a los nuevos impuestos sobre la riqueza que España ha aplicado a sus ciudadanos, que forman parte de otra tendencia alarmante sobre la que los europeos deben reflexionar detenidamente.
Comprender el marco fiscal
La fundación de la Unión Europea y del euro, establecida por el Tratado de Maastricht, estableció normas destinadas a mantener la disciplina fiscal entre los estados miembros. Sin embargo, la evolución reciente indica desviaciones significativas respecto a estos criterios, sobre todo en lo que se refiere a los déficits presupuestarios y los niveles de deuda. Por ejemplo, los déficits presupuestarios de Francia e Italia superan con creces los umbrales establecidos, lo que indica una posible inestabilidad fiscal.
Además, la decisión de la UE de revisar las normas fiscales en respuesta al aumento de las tensiones geopolíticas y las necesidades económicas sugiere un cambio hacia una gestión fiscal más flexible. Esta recalibración pretende fomentar el crecimiento y la inversión al tiempo que tiene en cuenta el gasto en defensa, lo que refleja la compleja interacción entre la política económica y las realidades geopolíticas.
Debilidad en los números
A pesar de que Alemania ha registrado este año un cambio positivo en las cifras de inmigración, lo que supone la primera expansión de su población en tres décadas, Europa en su conjunto sigue bajo la sombra de una población envejecida y en declive. Este reto demográfico plantea importantes amenazas para el futuro modelo económico del continente. El envejecimiento de la población no sólo ejerce presión sobre los sistemas públicos de pensiones y los servicios sanitarios, sino que también repercute en los mercados laborales, lo que puede obstaculizar el crecimiento económico. Además, la falta de un consenso unificado sobre medidas eficaces para contrarrestar estas tendencias demográficas complica aún más la capacidad de Europa para adaptarse a estas presiones inminentes. Sin estrategias cohesionadas e innovadoras para rejuvenecer su mano de obra y apoyar a una población que envejece, Europa corre el riesgo de poner en peligro su estabilidad económica y su competitividad en la escena mundial.
El contexto geopolítico
El telón de fondo de las crecientes tensiones geopolíticas, sobre todo entre Europa y Rusia, complica aún más las perspectivas económicas de la región. El conflicto ha perturbado el suministro de energía y las relaciones económicas, haciendo necesarios ajustes en las estrategias fiscales y económicas de todo el continente.
El ejemplo francés – Una nación del bienestar
Francia, en particular, ilustra los retos a los que se enfrentan las economías europeas. El deterioro de los fundamentos fiscales de la nación, agravado por el elevado gasto público en relación con los ingresos fiscales, es señal de posibles dificultades económicas. Este escenario se ve agravado por la inminente necesidad de refinanciar una parte sustancial de su deuda en medio de unas condiciones fiscales desfavorables.
El efecto dominó en la inversión
Estos retos fiscales y geopolíticos tienen implicaciones directas para los inversores. La valoración actual de los mercados financieros sugiere una infravaloración del riesgo de crisis de la deuda soberana en las principales economías europeas. Una reevaluación del riesgo de los gobiernos europeos podría desencadenar salidas de capitales, lo que repercutiría en el tipo de cambio EUR/USD y en la estabilidad del mercado en general.
La diversificación como estrategia
En este contexto, la diversificación surge como una estrategia crucial para los inversores. El principio de no poner todos los huevos en la misma cesta se aplica más que nunca, especialmente para quienes invierten mucho en activos europeos. Repartiendo las inversiones entre distintas clases de activos y geografías, los inversores pueden mitigar los riesgos asociados a las incertidumbres geopolíticas y las inestabilidades fiscales.
¿Ha habido algún momento en los últimos años en que una segunda cuenta bancaria para los europeos fuera más deseable que ahora? Probablemente no. Estos hechos harían que cualquiera se cuestionara la lógica de mantener todos sus ahorros en euros.
De cara al futuro
Mientras Europa navega por estos tiempos difíciles, los inversores harían bien en adoptar un enfoque prudente, vigilando de cerca las políticas fiscales y los acontecimientos geopolíticos. La diversificación, junto con un profundo conocimiento del cambiante panorama económico, será clave para navegar por las incertidumbres del entorno de inversión europeo. Una minicarrera armamentística a medida que los países de la UE gastan mayores trozos de su PIB en defensa parece ser el único resquicio de esperanza para algunos inversores, lo cual, comparado con las inversiones en infraestructuras y modernización, no es algo que deba entusiasmarles.Independientemente de que el gasto en defensa se destine a EEUU o a Europa, este tipo de actividad no genera ingresos para una economía: simplemente circula y redistribuye.
Concluiré señalando que, aunque el atractivo de los mercados europeos sigue existiendo, el actual clima fiscal y geopolítico exige una estrategia de inversión prudente. Adoptando la diversificación y permaneciendo atentos a los cambios en los marcos económico y político, los inversores pueden salvaguardar sus carteras frente a la imprevisibilidad de los tiempos.
Descargo de responsabilidad
Este análisis se facilita únicamente con fines informativos y no debe considerarse asesoramiento financiero. Se anima a los inversores a consultar con asesores financieros profesionales para adaptar las estrategias de inversión a sus necesidades y circunstancias individuales.